Si lo nuevo en Europa es el marxismo, le gana en novedad y modernidad el nacional-socialismo. Esto no le da a nadie ni a ideología alguna legitimidad metafísica más allá de una cuestión de estilo de vida, y entender esta como un todo en torno a un individuo y la suma a los ciudadanos (antes pueblo).
El problema es la Economía. El empleo, la riqueza repartida, no regalada y justamente ganada con trabajo y que todos lo tengan digno, y dignamente remunerado. El empresario también es ciudadano (pueblo) y por tanto parte de la inercia nacional-socialista. A cada uno lo suyo. Y esto no es baladí. A cada uno lo suyo justamente estipulado y penado en caso contrario. También hay empresarios ineficaces que no dan más de sí y por lo tanto perjudican a la sociedad como conjunto.
Si vuelve el (neo)marxismo-comunismo (Podemos en España ha sido la canalización del malestar del capitalismo por el supracapitalismo y detrás está la masonería aunque ni Pablo Iglesias lo sepa), hay que explicar a los jóvenes qué es el nacional-socialismo, que el judaismo se ha encargado de destruir. Y el nacional-socialismo es de las pocas ideologías modernas creadas por europeos. En las demás, hay un componente muy alto de judíos, europeos, pero un judío es antes judío que cualquier otra premisa que en Europa prevalece ante un continente y su contenido con sus naciones.
Y todo está en base a la economía, pero hete aquí, que la economía, el capitalismo a ultranza, es guiada (como Moisés) por un reducido trust de conglomerados financieros de usura que como mucho componen un uno por ciento de la población. Y esto lo denuncia el nacional-socialismo e intenta corregirlo, de ahí que siempre este capitalismo apoye al marxismo (ya ha pasado en la historia) antes y en contra que a su verdadero enemigo: El NACIONAL-SOCIALISMO.
Poco a poco iremos viendo de qué trata esta ideología o forma de ser sin tergiversar nada en su esencia. La juventud tendrá que valorar el precio que ha de pagar por dejarse engañar sin quererlo y sin saberlo. Por eso no está de más conocer algunos principios de esta ideología, contraria al neomarxismo pero intensa como requieren estos tiempos.
Tomaré prestada la palabra de Salvador Borrego y su libro «Inflación empobrecedora, deflación empobrecedora» (2003):
Kenneth Galbraith, eminente economista, dice en sus ‘Memorias’: «No hay en ese dominio (el de la economía) ninguna idea que no pueda ser expresada en lenguaje común y corriente, aunque ello exija algún esfuerzo. La obscuridad que caracteriza a la prosa económica profesional no deriva de la dificultad del tema. Es consecuencia de un pensamiento no del todo madurado; o bien, refleja el deseo del iniciado de elevarse por encima del vulgo; o también puede ser debida a temor de que se descubran sus insuficiencias». (‘ Memorias’, pág. 599).
Ludwig von Mises, escribió: «La economía, agrádenos o no, ha dejado de ser esotérica rama del saber, accesible tan solo a una minoría de estudiosos y especialistas. Porque la ciencia económica se ocupa precisamente de los problemas básicos de la sociedad humana».
Y desde un ángulo muy diferente Hitler dijo que se puede hablar de economía sin utilizar términos inaccesibles para la mayoría: «Suele ocurrir que lo que en apariencia parece tan difícil, es muy sencillo en la realidad; que la dificultad ha sido originada al correr de los siglos por los hombres mismos, muchas veces por un cierto orgullo, debido a que consideran magnífico hablar de ciertas cosas no comprendidas por todos… Yo juzgo la economía desde el punto de vista del provecho que proporciona y no partiendo de una teoría… Las personas no están al servicio de la economía, sino la economía al servicio de las personas… Todas las teorías no sirven para nada cuando no hay qué comer».
Así, pues, no le está vedado al sentido común hablar claramente de que la práctica económica llamada «liberal» esconde un factor capcioso que ha venido sometiendo al mundo a cíclicas presiones empobrecedoras. Una presión que se ejerce en pinzas: por un lado la Inflación y por el otro la Depresión. O hay más dinero del que la producción de bienes apoya, y consecuentemente todo se encarece, o escasea el dinero y entonces baja el consumo, disminuye la producción y aumenta el desempleo.
Dogma: no hay más que esas opciones.
Ese dogma subsiste porque la economía de cada país está sujeta a un centro económico Supranacional, a una cúpula Supracapitalista que rige sobre el interés de los pueblos.
Todas esas crisis de Inflación-Depresión han sido estudiadas milímetro a, milímetro con el auxilio de las matemáticas y de variadas teorías económicas, y siempre hay economistas que convergen en las más abstrusas interpretaciones, como quien se encuentra ante un dogma de dos tenazas, imposible de conjurar.
No es tan impenetrable el misterio. Lo que se esconde detrás de él es una determinada manera de planear y manipular la economía(«macroeconomía») desde las altas cúpulas internacionales, las cuales crecen más a costa del empobrecimiento organizado.
Siempre hay alguien que planea y dirige. La economía internacional no vaga sin rumbo ni piloto. Una minoría, de poder concentrado, le va marcando derroteros.
Todos los países sufren, de tiempo en tiempo, el fenómeno empobrecedor de la Inflación o el otro extremo de la tenaza, llamado Deflación (recesión).
Ahora bien, lo que los pueblos pierden en su poder adquisitivo no se va a Saturno, ni se esfuma por un fenómeno sobrenatural. («Nada se crea, nada se acaba,todo se transforma»). Parte de lo que los pueblos pierden cíclicamente con la tenaza Inflación-Deflación va a parar a manos de la cúpula financiera internacional.
A ese poder económico-político se le puede llamar Supracapitalismo. Es un poder que va mucho más allá de la usura. No es propiamente la esencia del capitalismo (que sencillamente requiere de propiedad privada, producción, utilidad y libre competencia), sino que opera por encima de estos fenómenos para manipularlos. Y su móvil no es desde luego la utilidad lícita, ni la usura desbocada -aunque se valga de ésta-, sino un propósito mesiánico de obtener poder en todas las áreas: políticas, ideológicas, filosóficas y educativas. Es decir, poder mundial…
Ese propósito de dominio es una Revolución Mundial. Y es importante reconocer que el término «revolución» (originalmente aplicado al cambio violento de un régimen de gobierno y de política) tiene desde hace siglos una nueva acepción esotérica (secreta), o sea su vinculación al movimiento que ha venido buscando la hegemonía de una estirpe, desde hace dos mil años.
Inflación-Deflación, ¿alternativa imposible de esquivar?. Hitler se encontró con ella en 1933 (empobrecimiento de ambos signos) y la rechazó diciendo: «En el campo económico no existe dogma alguno para perjudicar a un pueblo… Lo decisivo en la vida del individuo no es el billete de banco que se le entrega, sino lo que puede adquirir con él… Es imposible comprar más de lo producido. El total de la producción nacional determina el nivel de vida de la nación».
Consecuentemente, decidió que la solución no estaba en producir más billetes (Inflación), ni tampoco en mutilar la actividad económica (Deflación), sino en aumentar vigorosamente la producción de bienes y servicios, para lo cual necesitaba dejar a un lado el dogma (Inflación-Deflación) y desvincularse de la cúpula del poder económico internacional, que él denunció como economía «esencialmente judaica». Los hechos parecieron darle la razón, pues en 5 años convirtió a la Alemania arruinada en una potencia de primer orden, aunque se había atraído sobre sí a un enemigo implacable.
En este punto hay qué hacer hincapié en que por ahora ningún país puede ya desvincularse del control económico internacional para practicar una economía realmente propia, ajena a la cíclica tenaza empobrecedora. La oportunidad de lograrlo se perdió en la segunda guerra mundial.
Ahora todas las naciones se encuentran firmemente uncidas al control Supracapitalista y no pueden eludir la tenaza que de tiempo en tiempo les mutila su patrimonio. Todas tienen economías de tipo colonial… En todo caso se hallan«enganchados», víctimas del «servicio de la deuda».
Unicamente creyendo que los fenómenos económicos ocurren debido al puro azar, y que son tan imprevisibles como inevitables, y que suceden forzosamente en los países grandes, medianos y pequeños, en los más cultos y en los más incultos, se puede afirmar que no existe nadie que los provoque.
El sentido común se niega a hacer tal afirmación.
Puede formularse -como ocurre con la Ciencia cuando enfrenta un fenómeno de oscuros orígenes-la hipótesis de que la existencia del Supracapitalismo es la causa de que el avance de las ciencias no haya sido capaz de librar al ser humano de la tenazaempobrecedora de la Inflación y la Deflación.
Se ha dicho que la economía marxista es la antítesis de la economía capitalista y que se excluyen en lucha a muerte, pero sistemáticamente el marxismo ha venido recibiendo ayuda a manos llenas, de parte de las más elevadas cúpulas del capital internacional.
Bajo el término «capitalismo» operan dos elementos distintos. Uno de ellos puede describirse así:
- Propiedad privada. Producir y prestar servicios libremente y obtener utilidades. Cultivar la tierra y disponer de ella y de su producto, etc. (Estas actividades han existido siempre, según el desarrollo de los diversos pueblos. Antes eran formas incipientes, pero con mecanismo substancialmente idéntico al de los tiempos modernos. Siempre se ha buscado un beneficio económico).
- Acciones internacionales que manipulan la economía para obtener poder mundial. (Estas acciones se abrieron paso con el «dejad hacer, dejad pasar». En segundo plano abusan quienes rebasan los límites de la lícita ganancia, aunque no con fines políticos,sino únicamente por avaricia).
De esa manera resulta que la acción sana productiva se encuentra adulterada por la acción especulativa que busca dominio universal. Son dos tendencias que coexisten bajo el mismo nombre de «capitalismo».
La acción económica no tiene por qué reñir con la moral. Su meta natural, lícita, es producir más y poner al alcance del hombre los bienes de la producción. Por la vía de la utilidad propia puede elevar el nivel de vida en general.
Pero a esa acción se le encimó un cáncer, el del Supracapitalismo, que se ha adueñado del control de la economía internacional; que burla la ley de la oferta y la demanda; que gana más especulando que los demás produciendo; que manipula la moneda y que provoca una sucesión interminable de crisis. De este modo su poder económico-político no ha cesado de crecer, monstruosamente, a costa del patrimonio de los cuidadanos, de tiempo en tiempo cercenado.
Por otra parte, el marxismo planteó un sistema económico que también consta de dos elementos:
- Propaganda para hacer creer que si el Estado monopoliza todos los medios de producción «se obtendrá un creciente bienestar y una alegría de vivir cada vezmayores. Marx y Engels convirtieron el socialismo de utopía en ciencia… la renta nacional crece, en el socialismo, a un ritmo considerablemente mayor que en la sociedad capitalista.»
- Detrás del engañoso primer punto actúa una acción monopolizadora total, o sea la apoteosis del Supracapitalismo, ya sin mezcla de economía libre como ocurre en el «capitalismo liberal».
El marxismo ha cambiado su forma externa, pero su esencia está nutriendo al «Nuevo Orden» y se halla como reserva que habrá de ser «despertad a» dónde y cuándo el «Nuevo Orden» la necesite en su antigua forma violenta.
El «ENTE» que dirige la globalización tiene un brazo derecho y un brazo izquierdo. Es un grave error pensar que este último ha sido amputado. En 1848 el Manifiesto Comunista-y luego Engels, Lenin y Stalin- anunciaron y reiteraron sus siguientes puntos de acción:
= Lucha contra las Religiónes.
= Supresión del nacionalismo.
= Centralización de la Economía.
= Abolición de valores morales.
= Ruptura de ideas tradicionales.
= Monopolio estatal educativo.
= Multicultura.
= Transformación de relaciones entre los sexos.
= Ruptura de las relaciones niños-padres.
= Vigencia mundial de todo lo anterior.
Pues bien, todos esos puntos están siendo llevados a la práctica por los constructores de la Globalización. La ONU dispone de organismos especializados en cada una de esas tareas.
Si al Nacional-Socialismo se le destruyó y aniquiló como idea (hoy es la única prohibida en Europa y parte del mundo) y tiene que ver con lo arriba descrito (muy escueto y resumido del libro antes citado) nuestro objetivo es darlo de nuevo a conocer.
Por tanto, tratamos de esclarecer que el Nacional-Socialismo fue y es atacado por cuestiones ajenas a las que nos quieren hacer creer. Es la única ideología que se opone verdaderamente al Nuevo Orden Mundial (en realidad muy antiguo) y aquel sólo perdió una batalla, que no la guerra, pues la que quiere el judaísmo capitalista a ultranza va camino de ganarla pero le quedan sorpresas a estos elegidos de dios. Y tenemos tiempo, ya que los planes de los dioses son a largo plazo.
Ni PP, ni PSOE, ni Podemos ni Ciudadanos cuentan toda la verdad, están bendecidos por el círculo del que la deuda manejada por judíos biológicos y manipulada por judíos psicológicos, no quieres que salgas.
G.R-M.
¡Excelente! Recuerdo muy bien la primera vez que leí este texto de Borrego sobre economía. Tan claro y simple como debe serlo. Y como siempre citando la mejor parte del artículo: «El problema es la Economía. El empleo, la riqueza repartida, no regalada y justamente ganada con trabajo y que todos lo tengan digno, y dignamente remunerado. El empresario también es ciudadano (pueblo) y por tanto parte de la inercia nacional-socialista. A cada uno lo suyo. Y esto no es baladí. A cada uno lo suyo justamente estipulado y penado en caso contrario. También hay empresarios ineficaces que no dan más de sí y por lo tanto perjudican a la sociedad como conjunto.»
Hola Herencia, se podrían escribir tantos artículos con el título de este, quiero decir, el NS hay que volver a reescribirlo, pues han dicho tanta mentira sobre el, que tardaremos años (¿cuántos ya?) en quitar la pátina que la sinarquía ha derramado sobre esta ideología, la única perseguida en «Occidente», cuna de la libertad y sobre todo, cuna del NS. Saludos.
El sistema económico Socialista Y Nacional es prácticamente perfecto. Basado en el patrón trabajo y no en el «trono de oro». Se que es difícil instaurar un orden económico como el de Adolfo Hitler, pero debemos intentarlo o sino convertirnos en esclavos. Creo que tu y muchos otros que difunden estas ideas sanas y vitales deben seguir haciéndolo, porque la gente que lee todo esto, y que cotidianamente vive en OTRO sistema, comienza poco a poco a entender…
Pues sí, Herencia. Después de tanto «escombro» echado encima de esta ideología, a ver si en estos momentos de cambio las personas vuelven a conocer el verdadero NS. Saludos.
Hola, a parte de lo sabido y resabido por todos (todos los que han estudiado el NS), tengo curiosidades que tal vez me podáis responder:
1- ¿Es cierto que Hitler armó al pueblo? Me refiero evidentemente al período de antes de la guerra, cuando Hitler llegó al poder en 1933… Lo he leído en algún sitio (creo que en algún blog) y no recuerdo, pero creí entender que Hitler permitió que los ciudadanos fueran armados… (la verdad no entendí bien si era eso, o que simplemente podían tener armas en casa).. me refiero a que si sabéis algo de esto, si Hitler cambió las leyes de armas en Alemania, si se podía ir armado por la calle, etc… (ANTES DE LA GUERRA CLARO).
Gracias.
2.- ¿Sabéis cuando empezaron los NS a confinar judíos en guettos? ¿Antes o después de la guerra?, Imagino que Alemania estaba en guerra con los judíos ya antes de la «GUERRA»… pero no conozco muy bien como fue el proceso de expulsión o confinamiento de judíos… me refiero si empezamos a contar desde que Hitler llega al poder en 1933.
Por ahora no tengo mas dudas, pero seguro que me vienen mas, gracias, y perdón por marear tanto. No soporto la TV, ni los medios, y este es el único medio de comunicación real que tengo.
Hola Corinna, a la primera duda, El pueblo alemán creo que no se armó, ya tenía bastante con ir sorteando el Tratado de Versalles. Algo te puede sonar a esto: Las SA llegaron a tener poder y sobre todo cantidad de personas afiliadas, era un verdadero ejército. Supongo que querían ir armados o quizás lo iban. Hubo mucho celo por parte del ejército regular, que lo veía como una amenaza ya que en realidad eran una fuerza paramilitar fuera de su orden y mando. De hecho si Hitler quería el apoyo del ejército (ya gobernando o en algún contacto antes de), tenía que poner un poco de orden en ese aspecto, de ahí la Noche de los Cuchillos Largos, 1934 (con otras connotaciones también de ideas políticas). Con esto Hitler tuvo un verdadero apoyo del ejército que incluso llegó a aceptar el emblema del partido en los uniformes militares. Pero el pueblo no se armó, puede ser que en 1945 se armara por lo que ya todos sabemos.
Segundo: esto de los judíos está tan manido que bueno, supongo que ya habría algo en o sobre 1937/38 pero no por ser judío en sí, también irían maleantes, gitanos inadaptados, etc. ¿Los judíos? Sí, hubo una ley (estoy escribiendo de memoria, puede que me equivoque en bastantes datos) donde a los judíos se les declara extranjeros, con lo cual sin permisos, etc., sólo podían permanecer un cierto tiempo en Alemania, como le pasaba a todos los extranjeros en todos los países del planeta…