En la entrada anterior dije que tocaría un tema.
No va de ciencia ficción aunque el hilo conductor sea Isaac Asimov. Ateo, judío de nacimiento (lo es hasta la muerte). Lo que importa aquí es que un judío, a veces, comprende mejor el origen del cristianismo que los propios, pues es al fin, una secta judía.
En su «Historia Universal Asimov», de quince libros detalla con una precisión de bisturí electrónico el relato de la Historia como pocos se atreverían a operar. Y encima con éxito. Se le nota un poco de «ojeriza» – que dura ya miles de años- a todo lo nórdico y germano (me refiero a toda creación europea que no esté manchada de tintes semíticos) como buen judío, pero sabiendo esto, se salva de toda manipulación, más allá y a su «pesar» de su estado-ser (judío) que no de la religión.
Dicho esto, Asimov es una de las personas más inteligentes que haya leído.
En «La Tierra de Canaán»*, escribe sobre Saulo de Tarso (judío):
[«Si la muerte de Herodes Agripa fue un momento decisivo para los judíos, pronto iba a surgir un momento decisivo de otra clase para la nueva secta judía de los cristianos que llevaría a una victoria que ningún no cristiano habría imaginado por entonces.»
«Saulo, que antes había perseguido a los cristianos y luego se había convertido a sus creencias, se vio obligado a retirarse a Tarso, pero reapareció en Antioquia por el 46. Los cristianos eran allí más fuertes que en cualquier otra parte fuera de Judea, tanto que hasta comenzaron a pensar en enviar misioneros a otras comunidades judías del mundo griego. Fue Saulo quien, en compañía de un compañero llamado Bernabé y luego solo, emprendió esa tarea.»
«En tres viajes, Saulo fue a la isla de Chipre, recorrió toda Asia Menor y llegó a Macedonia y Grecia. En todas partes encontró comunidades y sinagogas judías en las que pudo predicar sobre la muerte y la resurrección de Jesús, su segundo advenimiento y el fin inminente del mundo. Pero en casi todas partes los judíos fueron hostiles a esa doctrina: Jesús no respondía a su idea del Mesías.»
«Casi desde el comienzo, Saulo, que se había criado en una ciudad griega, comprendió que si los judíos no lo escuchaban, habría gentiles que lo harían. La cultura clásica de Grecia estaba en decadencia desde hacía tiempo, y sus dioses y titulares ya no eran satisfactorios. Los griegos hallaban mucho más atractivas las nuevas creencias del Este, más místicas, más confiadas, más coloridas y prometedoras de una vida después de la muerte. Como resultado de esto, en todo el Imperio se estaban difundiendo los ritos de las deidades orientales, como el de Isis, de Egipto, o el de Cibeles, de Asia Menor.»
«También el judaísmo tuvo sus adeptos y hubo un sorprendente número de conversiones a esta religión. Habría habido más, sin duda, pero los judíos consideraban indispensable la circuncisión de todo varón converso. Esta es una operación que es desagradable para muchos y penosa para todos, y era menester ser un verdadero creyente para aceptar la conversión en esos términos. Por esta razón, la mayoría de los conversos eran mujeres. Pero esto también servía a los fines del judaísmo, porque los hijos de mujeres judías eran considerados judíos, y los niños muy pequeños podían ser circuncidados fácilmente y se los aceptaba como judíos de nacimiento. La segunda dificultad que planteaban las conversiones al judaísmo era que el judío era tanto miembro de una nación como de una religión. Un convertido al judaísmo hallaba que el centro de su patriotismo, tanto como de su religión, debía ser el Templo de Jerusalén, de modo que esas conversiones tenían un tufillo de traición a Roma.»
«Saulo parece haber comprendido estas dificultades. Para él, la cuestión del mesianismo era universal, y no meramente judía. Creer en Jesús no exigía (en su opinión) aceptar las aspiraciones políticas y nacionales del judaísmo. Para él la circuncisión, en y por sí misma, era un ritual sin importancia; lo que contaba era la creencia interna: «…es judío el que lo es internamente; y es circuncisión, la del corazón, en el espíritu, y no en la letra…» (Romanos 2, 29).»
«Saulo, pues, adoptó el nombre romano de Pablo y comenzó a predicar abiertamente a los gentiles, instándolos a aceptar a Jesús sin necesidad de la circuncisión ni de observar las minucias del ritual adoptado por los fariseos. Ofrecía la conversión al judaísmo sin las dificultades mencionadas y tuvo un éxito extraordinario. Allí adonde fue surgieron comunidades cristianas cuya fuerza derivaba de los gentiles.»
«La ausencia de circuncisión entre los conversos gentiles era horrenda para los judíos, y como resultado de ello se ensanchó el abismo que los separaba de los cristianos. En verdad, hasta aquellos judíos que aceptaban a Jesús estaban horrorizados, por lo que durante un tiempo los cristianos se dividieron en dos grupos: los cristianos judíos circuncisos, que aceptaban totalmente la ley mosaica junto con el mesianismo de Jesús, y los cristianos gentiles incircuncisos, dispuestos a interpretar las enseñanzas de Jesús a la luz de la filosofía griega.»
«Las dos concepciones chocaron frontalmente en el concilio realizado en Jerusalén en el 48. Santiago, un hermano de Jesús, fue el exponente de la concepción judeo-cristiana, y Pablo el de la gentil-cristiana. El resultado fue la victoria de Pablo, y el cristianismo se apartó del judaísmo nacional.»]
* No hay nada mejor que leer este libro para darse cuenta que las religiones monoteístas semitas abrahámicas (judíos, cristianos -secta judaica- y musulmanes -mezcla judía y cristiana con ideas sui géneris del desierto), deberían haberse quedado de donde salieron, de tribus beduinas allá en sus páramos áridos y no contaminar Europa. Una cuña en su talón, que traspasa la columna vertebral hasta perjudicar su cerebro, que ya lo tenía formado antes de estos cuentos semitas y que ni con el mejor cirujano, será difícil de extirpar. Pero todo es posible.
La Tierra de Canaán. Asimov. pdf G.R-M.
THE THREE ABRAHAMIC DARTS
In the previous post I said that I would play a theme.
It does not go science fiction even if the thread is Isaac Asimov. Atheist, Jew from birth (it is to death). What matters here is that a Jew sometimes understands the origin of Christianity better than his own, for it is at last a Jewish sect.
In his «Historia Universal Asimov» of fifteen books he details with an accuracy of electronic scalpel the story of History as few would dare to operate. And on top with success. It shows a bit of «loathing» – which lasts for thousands of years – to all the Nordic and Germanic (I mean any European creation that is not stained with Semitic dyes) as a good Jew, but knowing this, it is saved from all Manipulation, beyond and to their «regret» of their state-being (Jewish) than of religion.
That said, Asimov is one of the smartest people I’ve ever read.
In «The Land of Canaan,» he writes of Saul of Tarsus (Jew):
[«…»]
* There is nothing better than reading this book to realize that the Semitic Abrahamic monotheistic religions (Jews, Christians – Jewish sect – and Muslims – Jewish and Christian mixture with sui generis ideas of the desert) should have stayed where they left, from tribes Bedouins there in their barren wasteland and not pollute Europe. A wedge in his heel, which pierces the spinal column to the detriment of his brain, which had already formed before these Semitic tales and that even with the best surgeon, will be difficult to remove. But everything is possible.