YO REIVINDICO…

…Una fuerza, un partido que haga frente a la nueva izquierda, que con un viejo trazado y muy bien estudiada desde la elite universitaria ha conseguido meter una grande cuña donde no cabía un alfiler. El mérito está ahí.

Viejo por mantener una lucha de clase marxista-leninista e intentar cambiar la sociedad y el Estado con esta visión en verdad reparadora si no fuera porque parten de una equivocación en su génesis. También es viejo en la internacionalidad, que en este caso se nombraría globalización. Comunismo internacional o socialismo global.

Y esto es tan antiguo como el hilo negro. Sólo en las formas está el cambio. Y si no hay una contrafuerza, de la que estamos hablando no puede existir en realidad la contraria. Digamos que aún Podemos es una fuerza virtual al no poseer una palanca que le de verdadera vida, como el yin y el yan o más occidental, el bien o el mal. Si no existe una de las fuerzas, la otra no posee vida propia. Es ley natural. Para la antigua derecha, es cuchillo caliente sobre mantequilla (PP).

Reivindico un Socialismo Nacional, espectro político aniquilado por el comunismo-socialismo y el capitalismo democrático. Nuevos tiempos nuevas ideas, sin violencia. ¿Acaso el comunismo no sigue a sus anchas con millones de crímenes a sus espaldas? De forma nueva ha entrado el socialismo primigenio (comunismo) en nuestra vida política bien planeado y articulado sin que a penas hace unos años podríamos imaginar.

¿Qué diferencia hay entre el comunismo y el socialismo nacional? ¿O más bien, qué los une? El bien común está por encima del bien individual. Pero mientras los primeros se basan en anular a unas clases sociales que son también pilares de un país (lucha de clases), los segundo unen estas clases en una fuerza común que impulsa, si la dirección es correcta el bienestar de la sociedad en su conjunto.

Un ejemplo primordial y esencial es que el trabajador es un bien común. Pero el empresario también lo es. En este caso la lucha de clases es inocua y una pérdida de tiempo y de sinergias necesarias para construir un país. Beneficios para el empresario que arriesga pero el asalariado ha de estar más que justamente atendido y remunerado con mecanismos legales para que así se cumpla.

Empresario y trabajadores son necesarios para un país sano y los dos han de coincidir en un punto común: Nivelar la calidad humana a estadios incondicionalmente saludables y justos. No hay lucha entre ellos. Hay un trabajo donde cada uno en su función, estarán unidos en un fin, que las empresas sean viables. ¿Por qué no tenemos los empresarios que nos merecemos? Si estos buscan negocios y el asalariado responde, ¿quién de los dos pierden? No hay fuerzas contrapuestas. Hay unión.

El Estado. Un Estado fuerte no tiene porqué ser intervencionista. En este caso utilizaría su poder para controlar y redirigir su fuerza legal a favor de los más débiles. Hacer con el trabajo un reparto de la riqueza nacional más justa y equitativa. Y ayudar en todo rigor al que lo necesita con leyes justas que no amparen al más fuerte (léase por ejemplo La Banca). Esta última podría considerarse como otro bien común pero en paralelo y con los mismos derechos que el ciudadano. Esto es, que este último al ser más débil el Estado en una balanza estaría al lado de la familia antes que del capital.

Si este a su vez quiere entrar en el juego Socialista Nacional ha de convertirse en ese bien común del que hablábamos en un principio, se la necesita también y tiene su hueco, pero el país está por encima de sus beneficios, que a su vez debe de producirlos (pues es un negocio) pero con un justiprecio que no sea la avaricia y vendan la caridad con obras sociales. Estas no deberían de existir si en su génesis no actuaran como verdaderos depredadores capitalistas.

Entrado de nuevo el Comunismo Internacional (vuelvo a decir, concepto de lucha de clases, esto es dividir, envilecer y debilitar), en los poderes del Estado, es conveniente crear una nueva fuerza en contraposición con un Socialismo Nacional de nuestro tiempo donde las fuerzas, repito se unan pasando y en último fin por el bienestar de todos los ciudadanos de la Nación. Nos llamarán fascistas (también antiquísimo), pero son ellos los que han entrado en política con nuevos bríos y tenemos el mismo derecho nosotros intentarlo.

Al contrario que ellos, no queremos personas violentas de hecho ni de derecho ni fichados ni con antecedentes. Será una idea política de gente corriente, honrada y trabajadora. Un movimiento emergente que sale por necesidad natural, como el agua y la tierra, devastadora incontrolada, y bella en arcilla modelada.

Propongo ideas para el nombre del nuevo Movimiento, Círculo, Coalición o como queramos llamar a esta forma nueva (extinguida por las fuerzas repelentes del capitalismo liberal (PP) y el comunismo (Podemos). El PSOE corre el riesgo de ser abducida por la nueva izquierda en una espiral de ideas originarias en realidad de donde venía este.

Demos la bienvenida por tanto a una nueva idea (como habéis visto no hay nada nuevo bajo el sol) que renace (por tanto es la menos vieja) y tiene y debe tener una representación institucional por la misma naturaleza de las fuerzas contrapuestas, legales, incombustibles y antinatura si nuestro hueco no lo cubre.

Yo propongo de nombre Nueva España para llegar más adelante a Nueva Europa.

Saludos.

G.R-M.

Español y europeo.