“Los expertos sugieren” que su nivel de vida se reduzca en más del 85%
Un informe sobre el futuro de los viajes y el turismo, del que son coautores una agencia de viajes llamada Intrepid Travel y The Future Labs Institute, plantea un futuro profundamente afectado por el cambio climático y las restricciones a los viajes turísticos para combatirlo.
Un límite personal de emisiones de carbono se convertirá en la nueva normalidad a medida que las políticas y los valores de las personas impulsen una era de grandes cambios.
Como lo demuestra el auge del turismo en todo el mundo, la frecuencia con la que podemos volar vuelve a parecer ilimitada.
Si la conciencia y el presupuesto lo permiten, nos sentimos libres de subirnos a los aviones de un lugar a otro. Pero esto cambiará. «En nuestra trayectoria actual, podemos esperar un retroceso en la frecuencia con la que las personas pueden viajar, y los pasaportes de carbono cambiarán el panorama turístico», (dice Martin Raymond, cofundador de Future Laboratories).
Las asignaciones personales de carbono podrían ayudar a frenar las emisiones de carbono y reducir la huella general de los viajes.
Estas asignaciones se manifestarán como pasaportes que obligarán a las personas a racionar su carbono de acuerdo con el presupuesto global de carbono, que es de 750 mil millones de toneladas hasta 2050.
Para 2040, podemos esperar que se impongan limitaciones a la cantidad de viajes permitidos cada año.
Los expertos sugieren que actualmente las personas deberían limitar sus emisiones de carbono a 2,3 toneladas cada año, el equivalente a hacer un viaje de ida y vuelta desde Río de Janeiro, Brasil, a Riad, Arabia Saudita. Sin embargo, la huella de carbono promedio en Estados Unidos es de 16 toneladas por persona al año, 15 toneladas en Australia y 11,7 toneladas en el Reino Unido. Esto contrasta marcadamente con el lugar en el que nos podemos encontrar en el futuro, cuando los viajeros de 2040 se vean obligados a renunciar a las experiencias que amplían sus horizontes y que tan fácilmente aceptan los turistas de hoy”.
A todos los efectos prácticos, sus emisiones de carbono se alinearán con su uso de energía, más o menos en un rango relativamente estrecho de eficiencias (a menos que tengamos algún tipo de avance en energía limpia, y la única viable que tenemos, la nuclear, no se considera limpia (por el culto climático).
Dicho de otra manera: su nivel de vida es su consumo de energía. Reducir el uso de energía de una sociedad es lo mismo que reducir su nivel de vida.
Con esto en mente, veamos las cifras citadas por el informe Sustainable Future for Travel:
«Los expertos sugieren que actualmente los individuos deberían limitar sus emisiones de carbono a 2,3 toneladas cada año».
La siguiente tabla muestra exactamente cuánto tendrá que reducirse el nivel de vida de los residentes de cada país para cumplir con la cuota de carbono recomendada por expertos no electos. Este es el nivel de “decrecimiento” que se necesitará para satisfacer los objetivos de los alarmistas climáticos que se basan en premisas infalsables, modelos informáticos arbitrarios y que deliberadamente ignoran y suprimen datos compensatorios.
¿Son serios son nuestros líderes y formuladores de políticas acerca de reducir el nivel de vida de la ciudadanía en más del 85%?
Aquí está el Ministro de Medio Ambiente de Canadá, Steven Guilbeault, confirmando bastante alegremente que el gobierno limitará el uso de gas natural para luchar contra el cambio climático:
Periodista: ¿Habrá limitaciones sobre la cantidad de gas natural que se puede utilizar en invierno?
Guilbeault: Sí, absolutamente, así es como se lucha contra el cambio climático.
¿Por qué hablamos de pasaportes de carbono en el apartado de Monedas digitales de los bancos centrales?
(La publicación de hoy es un extracto de la sección «Eye on Evilcoin» de la descripción general macro de Bitcoin Capitalist de este mes).
Porque creemos que las CBDC invariablemente se lanzarán como cuotas personales de huella de carbono o se transformarán en ellas.
En este momento, lo que llamamos “el sistema de dinero fiduciario” utiliza deuda por dinero. Eso ya no es sostenible, así que lo que esperamos es un intento de cambiar lo que vagamente identificamos como “dinero”, lejos de tokens simbólicos respaldados por deuda, a puntajes de crédito social, respaldados por cuotas personales de huella de carbono.
Ampliando este tema, probablemente, haya otro informe de Future Labs sobre “Neocolectivismo”, que puede darnos una pista de cómo los formuladores de políticas de la última etapa del globalismo buscarán adelantarse a los mercados libres y los derechos humanos universales con un “estamos todos juntos en esto” recauchutado de lo que es esencialmente comunismo:
“La sociedad se enfrenta a una reorganización masiva. Unidos por valores de empatía y comunidad, los consumidores están evitando el individualismo en favor de alianzas que están descentralizando industrias y redistribuyendo el poder a escala”.
*
LTC: {Lo último no me parece mal. No me gusta que no los no digan y sobre todo, si antes las élites no ‘repartían’, ¿Por qué lo iban a hacer en el futuro?. Engañados dos veces. Algo no cuadra}.
Los 1609 signatarios firmaron recientemente una declaración que establece que no existe una crisis climática, lo que arroja dudas sobre el supuesto papel del hombre en el cambio climático y el clima extremo.
Su duda se basa en datos que muestran que los factores naturales están muy en juego, el calentamiento es más lento de lo previsto, los modelos no son fiables, el CO2 tiene grandes beneficios y los desastres meteorológicos no han aumentado. La histeria de los medios y el bombo meteorológico no están respaldados por datos.
La ciencia climática debería ser menos política, mientras que las políticas climáticas deberían ser más científicas. Los científicos deberían abordar abiertamente las incertidumbres y exageraciones en sus predicciones sobre el calentamiento global, mientras que los políticos deberían contar desapasionadamente los costos reales así como los beneficios imaginados de sus medidas políticas.
Los factores naturales y antropogénicos causan el calentamiento
El archivo geológico revela que el clima de la Tierra ha variado desde que existe el planeta, con fases naturales frías y cálidas. La Pequeña Edad de Hielo terminó en 1850. Por lo tanto, no sorprende que ahora estemos experimentando un período de calentamiento.
El calentamiento es mucho más lento de lo previsto
El mundo se ha calentado significativamente menos de lo previsto por el IPCC sobre la base del forzamiento antropogénico modelado. La brecha entre el mundo real y el mundo modelado nos dice que estamos lejos de comprender el cambio climático.
La política climática se basa en modelos inadecuados
Los modelos climáticos tienen muchas deficiencias y no son remotamente plausibles como herramientas de política. No solo exageran el efecto de los gases de efecto invernadero, también ignoran el hecho de que enriquecer la atmósfera con CO2 es beneficioso.
El CO2 es alimento vegetal, la base de toda la vida en la Tierra
El CO2 no es un contaminante. Es esencial para toda la vida en la Tierra. Más CO2 es favorable para la naturaleza, reverdeciendo nuestro planeta. El CO2 adicional en el aire ha promovido el crecimiento de la biomasa vegetal global. También es rentable para la agricultura, aumentando los rendimientos de los cultivos en todo el mundo.
El calentamiento global no ha incrementado los desastres naturales
No hay evidencia estadística de que el calentamiento global esté intensificando huracanes, inundaciones, sequías y desastres naturales similares, o haciéndolos más frecuentes. Sin embargo, existe amplia evidencia de que las medidas de mitigación de CO2 son tan dañinas como costosas.
La política climática debe respetar las realidades científicas y económicas
No hay emergencia climática. Por lo tanto, no hay motivo para el pánico y la alarma. Nos oponemos firmemente a la política dañina y poco realista de CO2 neto cero propuesta para 2050. Optar por la adaptación en lugar de la mitigación; la adaptación funciona sean cuales sean las causas”.
Creciente escepticismo
El premio Nobel de Física Dr. John F. Clauser también firmó el manifiesto.
El mensaje es claro: no hay crisis climática. Crece el número de científicos críticos que ya no se someten al dogma de la supuesta catástrofe climática provocada por el hombre.
**
Un comentarista de este artículo:
Nick: Strativarius
Y en un mundo cuerdo tal empresa sería completamente innecesaria. Incluso ridículo.
El Dr. John Clauser fue cancelado recientemente por el FMI y ese hecho dice mucho. Porque el FMI no quiere escuchar nada que contradiga sus propias creencias…
Las termitas del cielo 
